martes, 8 de julio de 2014

"Todo lo que Piensas Afecta a Todo el Mundo". Resonancia Mórfica de Sheldrake.


"Todo afecta a todo. 
En este universo, cuando una cosa cambia, 
todo cambia. 
De aquí el gran poder del hombre 
para cambiar el mundo, 
cambiándose a sí mismo". 
Nisargadata.

“Darwin pensaba que los animales y las plantas, 
más que especies, 
podían considerarse como hábitos”. 
Rupert Sheldrake
Imagen djxhemary.wordpress.com
Cuando en 1981 Rupert Sheldrake publicó su libro Una Nueva Ciencia de la Vida:  La Hipótesis de la Resonancia Mórfica, el editor de la prestigiosa revista Nature, John Maddox, reaccionó diciendo que la obra de Sheldrake era una herejía y sugiriendo que tal vez su libro debería de ser quemado. Quizás, como le sucedió a Galileo, Sheldrake supera el entendimiento de sus coetáneos.
La polémica siempre ha rodeado la obra de este vanguardista biólogo, doctor por la Universidad de Cambridge, quien lo mismo es considerado un hereje seudocientífico que vende humo metafísico, que una de las mentes más brillantes de nuestra época y unos de los pocos científicos suficientemente valientes para aventurarse más allá de lo que el paradigma científico valida.
Años después del anatema  de la revista Nature, que básicamente exilió a Sheldrake a los márgenes de la academia, cuando sus teorías ya se habían popularizado, una nueva controversia lo enfrentó con uno de los científicos más reconocidos de Gran Bretaña y del mundo, Richard Dawkins (autor de la teoría memética del gen egoista). Tanto Sheldrake como Dawkins iban a participar en un documental de televisión en el que se discutirían temas en las fronteras de la ciencia. Al parecer Dawkins se negó a discutir el trabajo de Sheldrake sobre la telepatía, descartando de antemano analizar la evidencia recopilada durante años por Sheldrake, bajo la premisa de que la mera discusión de este tema es irracional.
Sheldrake ha sido ridiculizado por la ciencia mainstream por su trabajo estudiando la telepatía entre animales y sus dueños, la telepatía telefónica o la preciencia de que alguien nos está observando. Pero generalmente estas críticas son más a los temas que Sheldrake investiga que a su trabajo científico, el cual no carece, ciertamente, de rigor.
Hacemos esta introducción biográfica para más o menos establecer un marco equilibrado sobre el cual exponer, en las palabras del mismo Sheldrake, la teoría de la resonancia mórfica, una posible explicación científica a la interconexión que muchas personas  perciben entre sí, a distancia. Esto no es sólo una teoría para explicar la telepatía, sino para explicar la evolución conjunta de una especie influida por campos colectivos de información que van más allá de su mera genética: ideas, pensamientos y acciones que se convierten en hábitos y que van in-formando la memoria que comparte una especie y de esta forma interviniendo en su desarrollo. Tenemos aquí la evolución científica de los conceptos de campos akáshicos de la filosofía védica y del inconsciente colectivo de Carl Jung.
Rupert Sheldrake considera que existen campos mórficos –campos morfogenéticos de información que van moldeando nuestra existencia como parte de una especie. Estos campos son invisibles, como lo es la gravedad, pero pueden ser observados por sus efectos. Quizás una de la razones por las cuales  la teoría de Sheldrake no es considerada seriamente por la ciencia establecida, es debido a que no postula la acción de una fuerza física conocida –y la ciencia se ha esmerado en erradicar todo tipo de acciones misteriosas a distancia y de desacreditar el concepto del éter. Sin embargo, el hecho de que no podamos todavía explicar bien a bien cómo es que ocurre algo no necesariamente significa que ese algo no ocurre. Y aunque no podamos explicar cabalmente cómo es que estamos ligados a una conciencia colectiva, cómo es que en ocasiones podemos conectarnos con los pensamientos de los demás o cómo es que toda la información que genera nuestra especie  nos influye sin entrar en contacto directamente con nosotros, millones de personas en el mundo han experimentado esto, más allá de que la ciencia les diga que esto no es posible dentro de su modelo (dominante y excluyente) del mundo. 
Dejemos que el mismo Sheldrake explique:
La resonancia mórfica es un principio de memoria en la naturaleza. Todo lo similar dentro de un sistema autoorganizado será influido por todo lo que ha sucedido en el pasado, y todo lo que suceda en el futuro en un sistema similar será influido por lo que sucede en el presente. Es una memoria en la naturaleza basada en la similitud, y se aplica a átomos, moléculas, cristales, organismos vivos, animales, plantas, cerebros, sociedades y, también, planetas y galaxias. Así que es un principio de memoria y hábito en la naturaleza.
Curiosamente esta la intuición del poeta Octavio Paz, quien parece coincidir con Sheldrake: “Todo es presencia, todos los siglos son este Presente”, verso que hace algunos años fue inscrito en una moneda conmemorativa en México y que forma parte del poema “Fuente” incluido en La estación violenta. Sheldrake va más allá de Bergson, quien postuló que la memoria no estaba solamente en el cerebro, y sugiere que la naturaleza misma es memoria, que el espacio es una especie de inmensa biblioteca que transmite constantemente la información que almacena de manera no-local. Una fracción de segundo en realidad es un fractal de todos los siglos. Todo lo que pasó sigue pasando …  El ADN, más que el “libro de la vida”, es el sintonizador o decodificador de la memoria: el libro de la vida, está inscrito, en su totalidad, en cada cosa.
Esta interconexión a distancia entre los miembros de un grupo, de una especie, de un reino e incluso de un planeta, en diferentes niveles e intensidades, revela una nueva concepción ética que abarca todas las manifestaciones de la existencia:
Un aspecto importante de la resonancia mórfica es que estamos interconectados con otros miembros de un grupo social. Los grupos sociales también tienen campos mórficos, por ejemplo una parvada de aves, un cardúmen de peces o una colonia de hormigas. Los individuos dentro de un grupo social más grande y los mismos  grupos sociales más grandes tienen su propio campo mórfico, sus patrones de organización. Lo mismo aplica para los humanos.
Lo que haces, lo que dices y lo que piensas puede influir a otra persona por resonancia mórfica. Así que somos más responsables de nuestras acciones, palabras y pensamientos bajo este principio que lo seríamos de otra forma. No hay un filtro inmoral en la resonancia mórfica, lo que significa que debemos ser más cuidadosos de lo que estamos pensando si es que nos importa el efecto que tenemos en los demás.
Nuestros pensamientos, dentro de la teoría de Sheldrake, literalmente constituyen una medio ambiente que permea el planeta y pueden en cierta forma contaminarlo o depurarlo; podemos, con una idea o un descubrimiento, detonar toda una ola de creatividad.  
Si alguien aprende una nueva habilidad, dijamos el windsurfing, entonces entre más personas  lo aprenden, lo más fácil que esta actividad se vuelve para todos los demás debido a la resonancia mórfica. Por otro lado, si enseñas a ratas en Los Angeles un truco nuevo, entonces las ratas en todo el mundo deberían de aprender este truco más rápido debido a que el primer grupo de ratas ya lo aprendió. 
La teoría de Shelrdake resuena con la selección natural de la evolución que economiza procesos con una sorprendente eficiencia para seguir avanzando en su complejidad.  Es decir, que un miembro de una especie solo pueda aprender una conducta o generar una nueva mutación a través de la transmisión genética vertical sería una pérdida de tiempo. En cambio la transmisión de una nueva habilidad de manera horizonal, a distancia y difundida entre todos los miembros de una especie a través de la resonancia mórfica muestra una mayor eficiencia, tiene sentido evolutivo y posibilita la aceleración de un proceso de adaptación.
Queda al lector formar su propia opinión y decidir si la teoría de la resonancia mórfica le resuena o es una versión más del pensamiento new age, que sin fundamentos en la realidad busca explicar y espiritualizar el universo como proyección de sus propias creencias. Personalmente me parece que el modelo de Sheldrake –siendo solo un modelo, una imagen que hace la mente del universo– es uno de los más coherentes que ha formulado el pensamiento contemporáneo para acercarse a entender la relación entre el hombre y la naturaleza, la mente y la materia. Pero esto es sólo una opinión en base a la intuición y a la experiencia individual; quizás influida por que el modelo de Sheldrake resuena más con una concepción poética y espiritual del universo. Pero esto no debería de ser algo necesariamente desdeñable, ¿acaso no los físicos más reconocidos, incluyendo a Einstein, incluyeron la elegancia y la belleza de una teoría como una de las variables a considerarse dentro de la valía de una teoría científica?. Siguiendo lo dicho por Sheldrake, de que las leyes físicas evolucionan, consideró que  posiblemente en este momento en la historia del pensamiento humano, la resonancia mórfica es una de las puntas de lanza para entender lo que nos sucede, uno de los modelos que mejor funcionan en un plano existencial –más allá del cánon científico– para observarnos en el espejo líquido de memoria atravesada, y seguir evolucionando hacia un nuevo entendimiento, en sintonía con el principio mutante del universo.
Citas de Rupert Sheldrake tomadas de Cross Road Times
Twitter del autor: alepholo
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Rupert Sheldrake explica los 10 dogmas de la ciencia 

que detienen su evolución

El biólogo Rupert Sheldrake propone una ciencia abierta a fenómenos que actualmente son invalidados por el dogma del mainstream científico 
El biólogo Rupert Sheldrake, uno de los pocos científicos que se ha aventurado más allá de los límites impuestos por el paradigma de lo que supuestamente es la realidad establecida, explica en este video los diez dogmas que detienen la evolución de la ciencia. Como parte de su libro The Science DelusionSheldrake indaga cómo la ciencia, de manera similar a la religión de la cual intentaba liberar a la mente humana, sostiene ciertas creencias incuestionables sobre la naturaleza de la realidad. "La delusión de la ciencia es la creencia acrítica en estos dogmas, tratándolos no como creencias sino como verdades... La ciencia es mucho más divertida, interesante y libre cuando transformamos estos dogmas en preguntas". Este es el gran valor de Sheldrake: tratar cuestiones que para otros científicos serían ridículas (o aterradoras puesto que podrían hacerles perder sus becas) como preguntas, posibilidades. 
¿Tenemos comunicación telepática con nuestras mascotas? 


¿Tiene la naturaleza una memoria incorpórea inherente? 


¿Lo que hace una persona en otra parte del mundo nos afecta? 

Estas son solo algunas de las cosas que ha investigado Sheldrake, el biólogo graduado de Cambridge que ha sido excomulgado por los científicos oficiales - sacerdotes de una nueva religión.
Los diez dogmas de la ciencia:

1. La naturaleza es mecánica: Se cree que todo es similar a una máquina, no a un organismo. "Somos robots ambulantes", (dice Richard Dawkins) máquinas controladas por cerebros programados genéticamente. Una metáfora que ha dominado a la ciencia desde el siglo 17.

2. La materia es inconsciente: Todo el universo está hecho de materia inconsciente que misteriosamente se vuelve consciente en el cerebro humano.

3. Las leyes de la naturaleza están fijas - Son igual hoy de lo que eran durante el Big Bang y lo serán para siempre. La vida evoluciona pero el substrato físico sobre el que lo hace es inmóvil.

4. La naturaleza no tiene propósito: Todo continua mecánicamente para siempre, sin una intención, siempre al azar.

5. El total de materia y energía siempre el mismo: La ley de la conservación de la materia (Sheldrake confiesa que nunca había pensado que esto podría ser de otra forma y sin embargo...).

6. La herencia biológica es material: Todo lo que heredamos es material, proviene de los genes o de modificaciones epigenética.

7. Las memorias están almacenadas como trazos materiales: Toda la memoria está almacenada en un lugar específico en el cerebro.

8. La mente es el cerebro: Toda acción mental existe solo en el cerebro.

9. La telepatía y los fenómenos paranormales son ilusorios: Ya que toda acción mental solo existe en el cerebro, las personas inteligentes saben que no es posible que una acción mental se transmita fuera del cerebro.

10. Solo la medicina mecanista funciona: Solo la medicina alópata, basada en la física y en la química conocida, funciona. Las terapias alternativas, la medicina homeopática y otros tratamientos de este estilo solamente son placebo.
Fuente: es.sott.net


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