viernes, 31 de diciembre de 2010

El Arte de Sanar: Psicomagia para Elena: Eliminando sus Fantasmas. .


Es necesario que comprendas cuando lees estos rituales psicomágicos que aconsejo, que batallo contra problemas que se han desarrollado durante el transcurso de toda una vida; es más, que han comenzado ha formarse a veces cuando el consultante crecía dentro del vientre de su madre. Normalmente debería encontrarme frente a frente con el consultante y analizar su árbol genealógico, cosa que exigiría un trabajo de unas tres o cuatro horas, para conocer la mayor cantidad de detalles con el objeto de evitar interpretaciones equivocadas. Si se aplicaran los métodos del psicoanálisis esto exigiría por lo menos seis meses a dos sesiones por semana. Por otra parte, lo único con lo que cuento es un email relativamente corto, no acompañado por fotografías que me podrían aclarar el estado físico de la persona. ¡Gran desafío! Y es ahí donde interviene el Arte. Antiguamente las ciencias se denominaban artes. Por ejemplos, el arte de la química, (Alquimia), el arte de la medicina. A la ciencia, con su lógica implacable, se unía la intuición. Para sanar al cuerpo se intentaba también sanar al alma… Si partimos de la creencia que una persona se retrata entera en cada uno de sus actos, así como en cada una de sus células está su ADN, podría afirmarse que en un email es posible captar gran parte de su vida. Ese texto sería tan personal como sus huellas dactilares.

Leyendo el Tarot durante más de 30 años a miles de consultantes, puedo afirmar, sin pecar de vanidoso, que he desarrollado mi intuición de manera que a mí mismo me sorprende. Intuyo cosas que serían inadmisibles para una mente científica. Pero soy un artista: desde muy joven me entregué al arte, de la misma manera que un místico se entrega a una religión. He sido payaso, marionetista, músico, poeta, danzarín, mimo, dibujante, actor, director de teatro y cine, escritor de novelas, cuentos, poemas, comics. He creador la tarología, la psicomagia, el psicochamanismo, la psicogenealogía. En fin, puedo decir, sin temor a contradecirme, que soy un artista. Pero no un artista dedicado a la gloria de sí mismo. Después de innumerables años de práctica buscando el sentido de la creación he elegido sólo practicar artes que sirvan para sanar. En los rituales de psicomagia aplico por un lado mis conocimientos de las terapias psicoanáliticas y por otro mis conocimientos de la magia popular.

Cuando el problema es muy intenso y ha succionado las fuerzas vitales del consultante gran parte de su vida, lo que le aconsejo puede afectar a personas sensibles o con grandes prejuicios morales, pero, si se intenta salvar una vida, hay que arrojar por la borda los prejuicios y la moral, (por supuesto no ser inmoral pero sí ser amoral). Espero haberte aclarado por qué mis actos psicomágicos pueden ser chocantes.

ELENA CONSULTA:

Tengo 25 años. Nací en Palermo pero ya hace casi cinco años que vivo en Roma, donde estudio Historia y Antropología en la Universidad. Han sido años llenos de dificultades e imprevistos que retrasaron mucho mis estudios, y esto amplificó mi sentirme inadecuada e insegura frente al mundo externo… Mis padres saben que estoy atrasada con la Universidad, pero no cuán atrasada estoy realmente … ¡que eso desencadenaría la guerra! Ya me reprochan por la situación, así que la posibilidad de decirles la verdad la descarto desde siempre, aun sabiendo que no es honesto, pero no puedo decirles, perdóname pero no puedo … significaría oírles decir “teníamos razón nosotros”… Desafortunadamente, nunca tuve un “verdadero diálogo” con mis padres. En particular, mi padre es el prototipo del “padre déspota”, que controla y configura ya de partida los destinos de las personas que le rodean … mi infancia, como la de mis hermanas, no fue muy fácil, y los traumas fueron varios. En estos últimos años, con la vejez, se suavizó un poco, pero hablar cara a cara con él no es fácil …

Afortunadamente tengo a mi lado a mi novio, con el que seguimos juntos desde hace 7 años aunque él sigue viviendo en Palermo: siempre estuvo cerca de mí, nunca sentí que debía esconderme de él, ¡un Ángel de nombre y de hecho! Mis dificultades con el estudio no se deben al hecho que no logro pasar los exámenes, sino que ¡no consigo llevarlos a cabo!.. Mis calificaciones en promedio son bastante altas, ¡casi siempre las mejores! El problema es que no me lo creo en serio, me pierdo a medio camino. Al acercarse de cada fecha me agarra terriblemente la ansiedad, pierdo de vista el objetivo, ¡casi como si al final no existiera! ¡como si no fuera tan importante, al fin y al cabo! Me siento apagada, como una flor marchita, pero quiero salir de este eclipse, ¡quiero dejar de desperdiciar mi tiempo sintiéndome infeliz e insatisfecha por este complejo que tengo dentro de mí! Por tener que dar cuenta de lo que soy a mi familia, que no cree en mí y que nunca me ayudó realmente, sino sólo económicamente y echándomelo en cara en el momento oportuno, se me desencadenó adentro esta ansiedad de lucirme, que nada puede y debe fracasar… Todo debe ser perfecto … ¡pero yo no soy perfecta, ni lo seré jamás! ¡Pero no consigo encontrar dentro de mí la clave hermenéutica para salir del paso! ¡Te lo ruego, ayúdame!

ALEJANDRO JODOROWSKY RESPONDE:

Querida Elena, estás demasiado empantanada con tu familia y tu novio angelical. Vives dependiendo de lo que ellos piensen de ti. El clan está formado por tu padre, tu madre, tus dos hermanas y tu novio (un hombre que no es capaz de proponerte vivir contigo y dormir cada noche en la misma cama). Son en total 5 fantasmas más tu niña interior, la que depende de ellos, el fantasma número 6… Para que recuperes tu verdadera, adulta y libre personalidad y termine esta triste situación, debes realizar el siguiente ritual de psicomagia:

Compra un gallo grande (tu padre) y un gallo más pequeño (tu novio), una gallina negra (tu madre) y dos gallinas de color café con leche (tus hermanas), más una gallina muy pequeña (tú cuando niña).
Durante una semana, irás matando en el orden que te he dado, esas aves. Cada noche hierves una, la desplumas , la destripas, la pones a cocer, le quitas la carne y guardas sus huesos. Son seis días de este trabajo mágico. Las tripas y las plumas las tiras a la basura acompañadas de insultos a tus familiares . La carne cocida la llevas a un erial y la dejas ahí para que la devoren los perros vagos. Los huesos, acompañados de una fotografía de tu padre, una de tu madre, otras de tus hermanas, otra de tu novio y otra de ti cuando niña, los entierras en un lugar bello y plantas sobre ellos un pequeño árbol.

Si puedes hacer esto, te sentirás segura de ti misma, libre y capaz de triunfar en cualquier examen.

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Alejandro Jodorowsky: Me veo en la obligación de aclarar el acto psicomágico anterior. Muchas personas me han criticado la “salvajada” de aconsejar la muerte de seis gallinas… Los entiendo y respeto su buen corazón y su justa conciencia de que los animales son nuestros hermanos. Sin embargo debo aclarar que esas gallinas son vendidas para ser comidas, consideradas no como seres con alma, sino como materia alimenticia. En todos los restaurantes del mundo se come gallina, pollo y muchas veces gallo. Las personas que los comen no tienen el menor remordimiento de conciencia. Esa carne les parece un producto puramente material, sin nada que ver con algún tipo de sentimiento. En el acto psicomágico trato de volver responsable a la consultante. Le pido que sea el verdugo de las víctimas, para hacerla comprender que ella misma es su propio verdugo y cómplice de lo que le sucede, por establecer defensas interiores que le impiden tomar conciencia. Hago que la muerte de esos animales no sea en vano, porque le recomiendo cocinarlas y darlas de comer a perros vagos. Estos canes son respetables y merecen ser alimentados, lo que otorga una positividad a la “salvajada”. Pero matar al animal que tú mismo te comes, ha sido la actitud sana del hombre primitivo, responsable de la vida que quita, respetuoso de la víctima, creador de innumerables rituales de agradecimiento. Confucio decía: “Si estás obligado de comer un animal, cocínalo bien y con respeto, para que no haya dado su vida en vano”… Esas gallinas no andan libres por el campo, se crían prisioneras y son ofrecidas en el mercado para que sean degolladas, desplumadas, destripadas y cocinadas. En el caso de nuestro acto, su muerte tendrá un significado sagrado y digno, sanador y alimentador… Receto muy de tarde en tarde un sacrificio animal, (quizás uno cada tres años), pero siempre de animales que se comen en los restaurantes. Paséense por cualquier calle, observen a las personas que devoran sus hamburguesas, sus sopas de pollo, sus guisos de conejo, puerco, etc… Propongan que se les prohiba comer carnes de animales que ellos mismos no hayan cazado y matado. Que eduquen a sus hijos para que con cuchillos afilados ultimen a la res que alimentará a la familia. Aboguen para que los carnívoros se hagan verdugos responsables de sus crímenes. Construyan cementerios con mausoleos dedicados al Big-Mac, a los suchis, a los tacos, al pollo con mole, al coctel de camarones, al pato con naranja, a las empanadas de vaca… Y por sobre todo, hagan arrancar los colmillos de todos los seres humanos que se convierten en vegetarianos, entre los cuales me cuento yo. A veces, cuando me toco con la punta de la lengua esos dos afilados huesos, me entran dudas.

Alejandro Jodorowsky.

Marcela Paz.
Chile.