martes, 3 de febrero de 2015

"El Cuerpo Astral".

    Este campo de nuestro sistema energético registra los rasgos de nuestro carácter, nuestros sentimientos y emociones. 
    El cuerpo astral refleja los patrones emocionales que tenemos sin resolver y que se traducen en comportamientos, actitudes, formas de pensar, patrones mentales que hemos ido creando por condicionamientos o impresiones y que nos hacen vivir anclados en los asuntos del ego y no permiten el conocimiento intuitivo. Todo lo anterior construye, en últimas nuestro mundo, la salud física y el bienestar en los diferentes aspectos de nuestra vida. El cuerpo astral es donde registramos las tendencias emocionales que van marcando nuestro carácter, las que nos dan valor, confianza, amor y expansión, como las negativas: miedos, sentimientos de rechazo, culpa, rabia.
    Las emociones son una fuerza magnética
    Sus dimensiones son similares al cuerpo físico. Tiene un aura de unos tonos relativamente permanentes, que revelan las tendencias de nuestro carácter, pero refleja a cada instante lo que estamos sintiendo. De esta manera, los sentimientos positivos se proyectan en un aura de colores claros y luminosos, mientras que los pensamientos negativos se traducen en colores oscuros. De esta forma, todo el abanico de sentimientos que puede llegar a sentir un ser humano, amor, alegría, dicha, gozo, placer, rabia, duda, celos, codicia, temor, odio, dolor, es la información que continuamente estamos transmitiendo.
    Esta proyección hacia el mundo exterior es tan poderosa que determina, según la medicina energética, las experiencias, situaciones, personajes y sucesos que se nos presentan. El aura de nuestro cuerpo astral, que tiene el carácter que le hemos impreso por cuenta de las heridas emocionales o de un sistema emocional sano, y que se comunica permanentemente con el mundo exterior tiene la asombrosa facultad de, además de filtrar nuestra visión, tambien de atraer y, podría decirse, hacer que sucedan cosas en el mundo material.
    A medida que desarrollamos nuestra conciencia y tenemos mayor conocimiento de nuestro mundo interior, y a medida que mantenemos la atención en nuestras emociones sin permitir que éstas nos controlen, el cuerpo astral evoluciona también. Va pasando de ser una sustancia opaca, sin forma y sin movimiento armonioso, a un elemento energético luminoso, cuya forma se ajusta perfectamente al cuerpo físico.
    El cuerpo astral es más sutil que el anterior, el cuerpo vital y es en mayor medida un vehículo del espíritu. Trabaja de manera conjunta con el siguiente, el cuerpo mental (o intelectual), en la unidad llamada shukshma sharina o mayonama kosha por lo cual algunas veces se considera que los dos conforman el cuerpo astral, siendo el emocional un aspecto de un cuerpo más que un cuerpo en sí, pero tiene propiedades unas propiedades particulares que hemos explicado anteriormente y nos hemos adherido a la interpretación que los diferencia. Los dos, el cuerpo emocional y el cuerpo mental son unos cuerpos sutiles que continúan existiendo luego de la muerte física hasta disolverse luego de muchas vidas, cuando el espíritu encuentra nuevamente la unidad con la existencia.