lunes, 8 de abril de 2013

"Las Rosas En Los Actos De Psicomagia"



Consultante: Maestro, ¿qué acto psicomágico me aconseja
para lidiar con mis padres al avisarles de que me marcho para vivir por mi cuenta?
Alejandro Jodorowsky:  Déjales dos rosas, un cheque (con una buena cantidad),
y una tarjeta: “Interiormente seguiré con ustedes. Gracias por todo.
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Consultante: ¿Qué hacer en la víspera de mi divorcio?
Alejandro Jodorowsky: Envíale a tu pareja un ramo de rosas blancas,
una por cada año que vivieron juntos.
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Consultante: Hace tres meses me hicieron una cirugía de ovarios,
desde ese momento mi cuerpo esta en duelo, mi alma también. Dime qué hago.
Alejandro Jodorowsky:  Planta dos rosales que den rosas blancas.
Cuídalos. Hazlos crecer. Cuando florezcan, corta las rosas y regálalas a niñ@s
*
Consultante: ¿Qué significan las rosas?
¿Por qué deben ser blancas las que uno le regala a su expareja ante un divorcio?
Alejandro Jodorowsky: Rosas rojas es pasión. Rosas blancas es purificación.
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EL SUEÑO DE ANDRÉS

Interpretar los sueños de otra persona es en cierta forma una toma de poder. Cada símbolo tiene infinitos significados. Si no fuera así, podrían compararse a las señales de tránsito que deben tener un sólo significado expresado en la forma más  clara posible. Los símbolos actúan como espejos: vemos en ellos lo que en ese momento somos espiritualmente. Es por esto que los sueños deben ser interpretados por quien los soñó. Sin embargo, para lograr que esto se realice bien, el consultante, en el momento de enfrentarse a su material onírico, debe pasar de un nivel de conciencia a otro más profundo, porque al verse frente a contenidos inconscientes tendrá la sensación, si este cambio no se produce, de que no comprende nada. Los sueños son mensajes del inconsciente que intentan atravesar las defensas que opone el ego individual, quien se siente amenazado en su integridad. Si el ego, sin preparación previa, comprendiera a fondo el mensaje de los sueños, estallaría como un globo al que pinchan con un alfiler…. A pesar de todo esto, me aventuraré a interpretar  el sueño de Andrés, tratando con todas las fuerzas de mi espíritu de ser un espejo lo más objetivo posible, dejando de lado mi subjetividad, cosa prácticamente imposible. Es un riesgo, pero a veces, como dice el célebre sabio-idiota Mula Nasrudin, se pueden efectuar buenos cálculos con falsas pesas. No trato de tomar poder sobre nadie, el único poder que deseo tener es el de poder ayudar.

ANDRES CONSULTA:
Don Alejandro, espero que usted pueda ayudarme a comprender el significado de este “sueño”: estoy acostado y es como si abriera los ojos, despertándome, pero no estoy en la cama donde estoy durmiendo realmente, sino en otra habitación, en un sofá. Sólo logro mirar a mi alrededor, pero no puedo moverme. Al otro lado de la habitación reconozco a mi hermano que hurga en un bolso, como para robar algo. Entonces me embarga la rabia, y quisiera gritarle que no lo haga. Sólo que me siento bloqueado. Apenas consigo revolverme en la cama y emitir algún quejido. Lloro. El sueño se desvanece. Me despierto de sobresalto. Me encuentro en la habitación de mi novia, donde estoy durmiendo realmente.  No consigo moverme. Siento a mi novia que duerme a mi lado, como en la realidad. Mi mirada se dirige de inmediato a una silueta oscura que, dentro de la habitación, está agazapada y hurga en algunos cajones. Me aferra el terror más total, porque  no consigo despertarme. Trato de tocar a mi novia, para que se despierte y me ayude. Pero mi brazo se mueve sólo unos pocos centímetros, como si no tuviera vida.  Lloro…  Cuando al final me desperté de veras, ya era de día. Todavía tenía lágrimas en los ojos. Debería darle más elementos relativos a mi vida, pero creo que serán suficientes pocas palabras. Insatisfacción, sufrimiento, amor. Y un vacío, un gran vacío interior que se ha apoderado de mí desde que era niño.

RESPUESTA:
Querido Andrés: usted expresa en su sueño la herida emocional que en la infancia le causó el nacimiento de su hermano. Él acaparó la atención de su madre. La imagen de su madre, en la segunda parte del sueño, usted la proyecta en su novia. Ella no lo ayuda, es decir no elimina el sufrimiento que le causa ver como su hermano, la silueta oscura que hurga en los cajones, ( tal como antes hurgó en un bolso, ambos cajones y bolso símbolos del vientre femenino), para robarle el cariño materno. Cuando niño, usted se sintió impotente para vencerlo, lo que lo sumió en el sufrimiento. Al no ser preferido, se dijo: “Si a mí no me aman es porque no lo merezco”, (si los padres por sus problemas psicológicos no resueltos los privan de cariño, sus  hijos son incapaces de juzgarlos y se atribuyen la culpa). Usted se dijo, “No valgo nada, estoy vacío, no existo. Además, lo poco que hubiera merecido, me lo robó mi hermano”…. Para vencer ese sentimiento de impotencia , de vacío y abandono, le aconsejo estos actos de psicomagia:

Primero, para expresar su rabia, pegue una fotografía de su hermano en un saco que contenga 33 pequeñas botellas de vidrio llenas de tinta roja. Con un palo de beisbol aporree el saco, lanzando alaridos e insultos hasta quebrar todas la botellas. Con una gran toalla de baño, seque toda la tinta roja. Luego entierre el saco con las botellas quebradas y la toalla “ensangrentada”. Plante ahí una planta con flores blancas. Después envíele a su hermano 33 rosas blancas sin darle ninguna explicación.

Segundo, vista a su novia con ropa de la madre de usted , de preferencia sacada de la ropa sucia. Ella, así vestida y llevando además prendida del pecho una fotografía de su progenitora, mientras usted está desnudo, debe besarlo de pie a cabeza, centímetro por centímetro de piel, diciéndole a cada beso: “Te amo, hijo mío”. Esta ceremonia, si su novia la hace concienzudamente, durará un poco más de una hora. Terminada esta acción, ella debe untarlo completamente con miel. Así untado, usted con par de tijeras grandes, debe cortarle verticalmente el vestido de la falda hasta el cuello. Una vez la ropa abierta, usted debe poseerla con toda su energía exclamado a cada caderazo: “¡Mamá!”. Terminado el coito, usted y su novia deben bañarse juntos. El traje cortado usted se lo enviará a su madre acompañado de una fotografía suya, desnudo. Igualmente, se negará a darle una explicación.
Si hace esto, dejará de tener pesadillas y se sentirá mucho mejor.
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LA PREGUNTA DE PINDARO

Hace un año dejé a mi novia. Solamente meses después me di cuenta de que lo que me había hecho renunciar a ella era únicamente el miedo a no ser amado, que desde siempre me acompaña. Cuando me di cuenta de mi error ya era demasiado tarde, ya que comprensiblemente ella había perdido confianza en mí. Sólo unas breves y pasionales respuestas interrumpieron esporádicamente su silencio y su firmeza en querer dejar a sus espaldas nuestra historia. Su rechazo silencioso me hace sufrir, pero mi amor me ata a ella. Me siento como en una trampa, no consigo olvidarla ni convencerla a volver conmigo. ¿Cómo puedo salir de este impasse que encontré tantas veces en mi vida?
ALEJANDRO JODOROWSKY RESPONDE:
Querido Pindaro 78, generalmente los seres humanos reproducen la situación emocional que sufrieron en la infancia. Si una mujer cuando niña tuvo un padre ausente, cuando adulta busca enredarse con amantes que viven lejos, quizás en otra ciudad, o que están tan absorbidos por su trabajo que tienen muy poco tiempo para dedicarlo a ella. En tu caso, si vives con el miedo de no ser amado, es porque en la infancia sentiste que tu madre o aquella que te educó, no te amaba. A pesar de que dices: “Seguí escribiéndole y demostrándole mi amor con mucha sinceridad durante todos estos meses”, crees firmemente que ella no te responderá como lo deseas porque, (así lo sientes), no mereces ser amado… Mediante un acto de psicomagia, tienes que convencer a tu inconsciente de que sí puedes ser amado.
Esto es lo que tienes que hacer: convencerás a tu madre de que te bañe como si fueras un pequeñuelo, luego que te seque delicadamente, que te ayude a tenderte en un lecho y que te bese, centímetro por centímetro, el cuerpo entero, diciéndote a cada beso: “Hijo mío, te amo”. Si tu madre ha fallecido o si se niega a hacerlo, contrata a una mujer de la edad de tu madre, vístela con ropas de tu madre, más una fotografía de tu madre colgando del cuello.
Una vez que te bese entero, te debe dar un masaje cubriéndote con miel de acacia. (Si es tu propia madre hará lo mismo). Finalmente tomarás una ducha, luego te perfumarás y vestirás con ropas nuevas. Entonces le mandarás a tu ex-novia diez docenas de rosas blancas. Te responderá.
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LITIGIO LABORAL

Un litigio en el trabajo es un asunto desagradable, que puede convertirse en un peligro serio para nuestra carrera profesional. Si después del enfrentamiento nuestro jefe no es capaz de perdonarnos, nos hará imposible la vida laboral. El mejor consejo es mantenerse al margen de los conflictos, pero si no lo conseguimos aconsejo al consultante:
Enviar al contrincante una botella de champán acompañada de un ramo de rosas blancas y la siguiente misiva: “Usted tiene sus razones, que comprendo, y yo tengo las mías, que espero que usted comprenda. Cualquiera que sea el resultado de este conflicto, mi admiración por sus cualidades humanas y laborales no variará”.