viernes, 29 de julio de 2011

"Hola, Pies".


Desde una mirada psicogenealógica, en los pies podemos situar la infancia. En la planta de los pies está el niño que todos llevamos dentro. También simbolizan el territorio, por tanto podrían tener alguna conexión con nuestra hermandad en el árbol genealógico.

Se suele decir que tras los problemas de pies se esconde el temor al futuro y el miedo a no poder avanzar en la vida. “Tener los pies en el suelo” significa estar arraigado. Los pies planos pueden conectarse, por contra, con la falta de estabilidad. ¿Caminamos sobre las puntas de los pies para no echar raíces en ninguna parte? ¿Nos apoyamos sobre el talón para rehuir? ¿Se separan las puntas de los pies al caminar mostrando que somos hijos de padres divorciados, o separados? ¿Queremos volver a la infancia cuando las puntas de los pies miran hacia dentro?
¿Andamos por la vida con unos anchos zapatos, para ir holgados, o estrechos para castigarnos por avanzar? ¿Nuestros zapatos terminan en punta fina punta para abrir nuevos caminos, ¿o en punta cuadrada que nos obstaculiza? ¿Altos, para que se note nuestra presencia en el mundo, o bajos para disculparnos por existir?.

Unos actos psicomágicos relacionados con los pies, que Alejandro Jodorowsky ha comentado en algunas ocasiones:

1.- “Antes de salir a pisar la calle, perfumemos las suelas de nuestros zapatos” de esa forma empezaremos a amar la ciudad que pisamos todos los días.

2.- Para los que viven fuera de la realidad, fabricarse unos zapatos con suelas de plomo. De ese modo con cada paso que dan estarán más en contacto con el suelo-realidad.

3.- Para el que siente nostalgia de su territorio de la infancia, porque ahora vive en otro lugar alejado. Hay que traerse unos kilos de tierra de allí y meter los pies descalzos en esa tierra durante media hora al día, hasta que se supere.

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Sobre Los Zapatos Y El Territorio

Nos levantamos a la mañana y calzamos nuestros pies con unos anchos zapatos para ir holgados por la vida, ¿o estrechos para castigarnos por avanzar?; terminados en fina punta para que abra nuevos caminos, ¿o en punta cuadrada que nos obstaculize los logros?; altos, para competir y que se note nuestra presencia en el mundo, ¿o bajos y silenciosos para disculparnos por existir?. Nos gusta estrenar nuevos modelos, tal como nos gustaría cambiar el modo de vivir el territorio, ¿o nos sentimos tan vinculados al niño que fuimos que no hay quién nos haga tirar esos viejos zapatos destartalados que reparamos una y otra vez tozudamente?. Llegamos a casa y cambiamos de calzado para pisar cómodamente lo que consideramos nuestro hogar, ¿o seguimos con los mismos que pisaron la calle, porque no distinguimos el territorio de “fuera” del de “dentro”?. Y cuando llega la noche, dejamos los zapatos bien alineados, como un papá y una mamá bien avenidos, ¿o uno mira hacia China y el otro hacia Canadá, como unos padres peleones que se cansaron de caminar a la par?.

Plano Creativo.