miércoles, 25 de mayo de 2011

Consejos Para Vivir Mejor En Pareja.



Un hombre entra a un bar y pide dos whiskys, uno para él y uno para su amigo que no está, y se los bebe. Regresa cada día para repetir la misma cosa. Al cabo de un tiempo, llega un poco triste y sólo pide un whisky. El barman le pregunta: “¿Hoy no quiere un whisky para su amigo?” El hombre le responde “No, mi amigo ha dejado de beber”.

Este chiste es interesante: habla de una pareja. En ella existe la persona real que comparte nuestra vida, y la misma persona pero imaginaria que habita en nuestro espíritu. Como es imposible conocer a un ser humano totalmente -porque él mismo es incapaz de conocerse totalmente- le implantamos nuestra visión interior, que es limitada porque corresponde a nuestra manera de ver a los seres y a las cosas… Si queremos que nuestra pareja mejore, lo primero que tenemos que hacer, es revisar la imagen que tenemos de ella y darnos cuenta hasta qué punto los defectos que le adjudicamos son los nuestros. Si nos damos clara cuenta de esto, le diremos a la persona real:

Te prometo que te dejaré ser lo que en verdad eres, y no lo que yo quiero que tú seas. De ninguna manera trataré de que seas como yo, de que veas el mundo a través de mis ojos. Nunca te culpabilizaré por no responder a mis exigencias narcisistas. Cuando tú eres lo que eres, sin permitirme que yo te impida de serlo, enriqueces mi vida…

Te prometo que te respetaré siempre, dejando que me ames de la manera en que tú amas. Me doy cuenta que todas las personas que buscan a su “alma gemela” tienen un nudo homosexual no resuelto. Buscan a alguien completamente igual, un espejo. Cuando amamos de verdad buscamos la diferencia complementaria…

En el terreno sexual, te permitiré que desees lo que naturalmente deseas. No haré un drama porque rechazas una solicitud mía. En la sexualidad hay cuatro vías: la oral, la vaginal, la anal, la manual. Tú tienes el derecho de pedir lo que te satisface, sea el fantasma erótico que sea, y también tienes el derecho de decirme no. Si esto sucede, ambos tenemos el derecho de buscar satisfacción con otras personas, sin que esto signifique la ruptura de nuestra pareja…

En el terreno material, te prometo que nunca invadiré tu espacio personal, tu rincón de soledad secreta. Respetaré tu territorio, así como tú respetarás el mío. Hacer todo juntos, como dos animales en fusión, es una enfermedad. Tendremos un territorio común, pero siempre conservando un espacio personal donde podremos aislarlos cuando tengamos necesidad de reencontrarnos con nosotros mismos… Si trabajas, estaré feliz de tu prosperidad, sin ponerme en competencia con ella. Aceptaré tu creatividad, la admiraré, pero sin intervenir en ella queriendo ser tu sola inspiración.

“Si realizamos todo esto, tendremos una prosperidad sana, una vida sexual sana, un amor sano y pensamientos sanos… “.

Alejandro Jodorowsky.