viernes, 22 de abril de 2011

¿Es Contagioso El Bien-Hacer Por La Humanidad?


Alejandro Jodorowsky: Cuando me hablan de contagio aparece en mi mente la palabra “enfermedad”. El bien-hacer por la humanidad no es una enfermedad, es un remedio. La enfermedad es ajena a nosotros, se propaga por medio de virus o microbios y, sin que la deseemos, nos invade. Cualquier remedio que tomemos en realidad no sana el mal, sino que activa en nosotros las defensas naturales, que desde siempre forman parte de nuestro organismo. La mediocridad espiritual, el egoísmo, la crueldad salvaje, el cinismo explotador, la falta de conciencia, se han venido transmitiendo como una enfermedad desde los albores de la civilización. Estas características catastróficas se transmiten antes que nada por una errónea interpretación de textos religiosos de los que se extrae una moral que va en contra de los impulsos sexuales naturales, enseguida la sociedad, por basarse en la divinización del dinero, empaña la necesaria expansión de la conciencia y por fin la familia, aferrada a la repetición del pasado, inocula los límites espirituales a sus descendientes. La mediocridad se contagia a través de todos los medios de comunicación. El ciudadano, infantilizado, vota por políticos que son marionetas de grupos económicos que acumulan riquezas sin preocuparse de dañar a la raza humana entera… La mediocridad es una enfermedad peligrosa: por su ceguera espiritual contribuye a la destrucción del planeta… Si cesamos de consumir lo innecesario, comenzaremos a sanar al mundo… Una minoría de cerebros que han luchado contra la psico-rigidez, dándose cuenta de la enfermedad que aqueja al mundo, de manera gratuita difunden semillas de conciencia entre quienes acceden a escucharlos. Marchan por el sendero de la santidad civil: son místicos, pero no religiosos. Saben que lo que dan, será beneficioso para los otros pero también para su descendencia. Sus enseñanzas no son virus, no se contagian. Los individuos que se sienten infelices y presos en la cárcel de su ego, guiados por estos justos ejemplos, tendrán que comenzar desde su interior a luchar consigo mismos. La mediocridad es una enfermedad que el sistema económico transmite por todos los medios posibles. Es necesario que el individuo, para escapar de esta infección, abandone sus juegos infantiles, crueles y venenosos, se dé cuenta que el dinero que circula es su propio sudor y su propia sangre, y, asimilando las enseñanzas positivas se decida a convertirse en anti-cuerpo de la enfermedad social. La mejor vacuna contra el cinismo explotador es el amor. Paciencia: la peste abunda, la curación será lenta, pero será, porque en ello nos va la vida y el luminoso futuro de nuestra humanidad.

Respuesta de Alejandro Jodorowsky a Plano Creativo